Patrimonio destruído: los laboratorios Jorba.

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Este edificio es uno de los más claros ejemplos de patrimonio derribado dentro de nuestras fronteras. Aun siendo uno de los iconos de la arquitectura española del s. XX fue eliminado sin ningún miramiento con el permiso del Ayuntamiento y el Ministerio de Cultura por la misma razón de siempre: el dinero. Por esto, aquí le hago mi pequeño homenaje.

El edificio se encontraba situado al lado de la autovía de  Barcelona a la salida de Madrid. Fue construido por encargo de los laboratorios farmacéuticos JORBA en 1965. Se pedía una zona de almacenaje y producción y una zona de oficinas más representativa.

La solución fue clara: Dos volúmenes:

– Una nave rectangular donde el almacenaje y producción se realizaban de la forma más pragmática posible y sin pilares intermedios

– Una Torre de ocho plantas situada en el extremo más próximo a la autopista, la parte más reconocible del conjunto, donde se situaban las oficinas y que era llamada popularmente «La Pagoda». Por su curiosa forma exterior.

vista general

ZONA DE ALMACENAJE

La intención de crear un espacio funcional continuo llevó a la idea de colocar un muro de carga que separaba el espacio en dos, y sobre el cual se apoyaban las vigas. Éstas eran las famosas «vigas hueso» patentadas por el propio Fisac. Estaban formadas por pequeñas piezas aligeradas de hormigón prefabricado que se unían como si fuesen una columna vertebral. Una vez ensambladas se tensaban los cables que iban por su interior, y se montaban, pudiendo cubrir una luz mucho mayor sin necesidad de pilares.

vigas hueso

ZONA DE OFICINAS

Estaba compuesta por tres primeros pisos de forma rectangular situados de forma paralela a la carretera como basamento y un segundo tramo formado por los cinco pisos más altos de planta cuadrada (16×16 m.).

La peculiaridad se la daba este segundo tramo. Cada planta estaba girada 45º respecto de la anterior, de manera que las plantas impares (esto es la quinta y la séptima) quedaban alineadas con las tres plantas inferiores; y las pares (la cuarta, la sexta y la octava) quedaban alineadas con su diagonal, produciendo el giro de 45º,  tal como se ve en las plantas y las secciones.

plantas quinta y sexta seccion

La estructura estaba formada por los forjados de hormigón armado y ocho pilares de acero laminado que los soportaban, situados en las intersecciones entre un forjado y otro, de manera que formaban un octógono en planta. En el centro de la torre se situaba el núcleo de ascensores y escaleras delimitado a su vez por otros cuatro pilares.

El cerramiento estaba compuesto por unas ventanas corridas con carpinterías de aluminio estrusado y anodizado que rodeaban el perímetro completo de cada planta y unas superficies de hormigón que cubrían el desfase entre una planta y otra.

Estas superficies de hormigón, son otra de las genialidades de esta obra. Fisac, siempre interesado en las formas innovadoras y lo que los nuevos materiales podían hacer con ellas, ideó unos paraboloides hiperbólicos, que al ser superficies regladas,( es decir, construibles a partir de rectas) se podían encofrar y armar de forma sencilla y a la vez servían para cubrir el espacio de la forma más económica posible en términos de superficie.

paraboloide regladoconstrucción pagoda

 

 

 

 

 

 

 

EL DERRIBO

Su final fue desolador. En verano de 1999 el grupo Lar adquirió el edificio, y utilizando como excusa que éste no agotaba todos los metros cuadrados edificables según la normativa vigente, se procedió a su derribo.

¿Es que nadie defendió esta joya del patrimonio arquitectónico moderno?

– La comisión de patrimonio autorizó el derribo completo, según ellos «por  no tener posibilidad de instalar ningún uso»

– La Comunidad de Madrid se lavó las manos exponiendo que no estaba incluído en el catálogo de bienes protegidos. Claro que esto era una excusa, puesto que no era necesaria la declaración ni la integración en inventario para que un inmueble fuera considerado parte del patrimonio histórico de Madrid.

-El Ayuntamiento tampoco hizo nada, escudándose en la legalidad de la operación.

En su momento hubo una gran lucha desde varios colectivos por frenar este derribo calificado de «Terrorismo cultural patrocinado por el Ayuntamiento». La operación incluso carecía de los permisos del Colegio de Arquitectos de Madrid.

Para Fisac fue un ataque directo hacia su persona: «Están decididos a acabar conmigo y con mi obra. Soy una persona que molesta a los círculos de derechas, por eso ahora me dan por todos lados» e implicó en ello al Opus Dei y al mismísimo Alcalde de la ciudad.

Sea como fuere, el edificio fue derribado, y se construyó una mole de oficinas acristaladas de escasa calidad arquitectónica. Como éste, otros muchos edificios corren el mismo peligro actualmente, y está en nuestras manos actuar para que no se vuelvan a cometer estas atrocidades contra nuestro patrimonio.

derribo

 

BILIOGRAFÍA

«Expresión gráfica, diseño geométrico y demolición de los Laboratorios Jorba de Fisac.
El patrimonio sin protección». e-rph diciembre 2011.

–   www.arquitecturaeindustria.org

– «Los arquitectos critican sus propias obras, Miguel Fisac». ARQ núm.151. 1971.

– «Laboratorios JORBA (1965-1968)» ARQ núm. 127. 1969.

«Conjunto Industrial». CdA núm. 73. 1969.

«Laboratorios JORBA». NF núm. 41. 1969.

«Miguel Fisac». LARCH-DJ núm.139. 1968.

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